Mis pensamientos
Desde hoy no paro de pensar en
que hemos perdido todo y que aún no veo ese día en que todo esto acabe y todos
podamos tener ese trabajo humilde, que pocos de los que estamos acá bajo
nuestros toldos teníamos. Ahora solo tenemos y unos simples palos clavados en
el suelo con un naylon que intenta simular un techo, donde pasamos nuestras
noches y nos refugiamos de las lluvias. Lo más difícil es intentar ser más
estricta con mis hijas, no porque ése sea mi carácter, sino que no quiero que
ellas me vean mal, yo quiero enseñarles que no hay que estar pase lo que pase.
Eso no significa que no sea buena o amorosa con ellas, muchas veces he tenido
que sacarme el bocado de la boca, solo para dárselo a ellas.
Esta mañana me levanté para ver que mis fueran
a la escuela como todos los días. Luego, a las doce en punto, esperaba a mis
hijas bajo el toldo para ir a trabajar, cuando a la una en punto de la tarde
pasó una camioneta, que cargó gente para llevarla a trabajar a los campos de
algodón. Mientras esperábamos con mis hijas la llegada de la camioneta para ir
a trabajar, no puede evitar pensar qué sucedería con mis hijas el día en que yo
no estuviera con ellas, y qué podría dejarles, si ya habíamos perdido
totalmente todo. Entonces fue cuando mire a mi alrededor y miré a toda esa
gente que había perdido todo igual que yo y estaban bajo sus toldos, mirándose
mutuamente con mucha tristeza en sus ojos. De repente, sentí que alguien me
jalaba de la blusa. Cuando miro hacia abajo me doy cuenta de que era una de mis
hijas que quería avisarme que la camioneta nos estaba esperando. Entonces dejé
de pensar y ayudé a mis hijas a subirse a la camioneta. Detrás de ellas, subí
yo. Estábamos partiendo hacia los campos de algodón para trabajar. Lo hacíamos
desde las 13:00 en punto de la tarde hasta las 18:30 de la tarde. Era agotador,
y no quiero imaginarme cómo sería para unas niñas de seis y cinco años de edad
como mis hijas.
Era difícil levantarme todos los
días y tener que hacer siempre la misma rutina, y siempre pensar en las mismas
cosas y angustiarme por no poder darles todo lo que quería darles a mis hijas.
Lo único que sí podía darles era una educación, llevarlas a la escuela, un
trabajo en los campos de algodón, todo mi cariño y amor.
En el día de hoy vi a una
fotógrafa que estaba tomando fotos a las personas a mí alrededor, vi que se me
acercaba y, de repente, la tenía frente a mí. Nos miramos fijamente y ella dijo
unas palabras “Disculpe, ¿Puedo tomarle una foto a usted y sus tres
hijas?..” . En ese momento pensé por un
momento cuál sería mi respuesta, y como ella notó que yo dudaba, me explicó el
motivo por el cual tomaría la foto. Ella me respondió; “Dorotea Lange”. En ese
instante, cuando miré a los demás toldos de mí alrededor, ella tomó la
fotografía. Luego me agradeció y partió.
Nunca
más oí hablar de esa mujer. Me pregunto qué habrá pasado con esa
fotografía….